¿Conoces a alguien que haya padecido colitis o gastritis alguna vez?
Lo más seguro es que sí, incluso es posible que tú hayas sido víctima de estos padecimientos y, como todos sabemos, lo más común es que sean consecuencia del estrés. Ese estrés, ese villano presente en nuestra vida diaria, no es otra cosa que cansancio mental que conlleva consecuencias físicas, el cual es provocado por someternos continuamente a situaciones desgastantes que nos provocan mucha presión psicológica.
No es posible, ni deseable, alejarnos de todos los aspectos que nos provocan estrés, porque ni modo que nos volvamos ermitaños en una cueva, lo que sí es posible es cambiar la manera en la que enfrentamos esas partes de la vida que nos pueden provocar estrés.
Lo primero es que identifiques si una situación de estrés es positiva o negativa, ya que, en ocasiones, un nuevo proyecto o experiencia puede provocar estrés pero nos impulsa a ser creativos y a esforzarnos más, y no nos impide disfrutar lo que estamos realizando, sino que nos ayuda a hacerlo con más energía y ánimos, ni compromete el cuidado de nuestra salud en aspectos como dormir y comer bien.
En cambio, el estrés negativo es, lamentablemente, el que está más presente en nuestras vidas porque se deriva de cosas que “tenemos” que realizar en modo de urgencia por alguna razón, que muchas veces es imaginaria o menos grave de lo que parece, lo que nos provoca ansiedad y disminuye nuestra capacidad de respuesta, resultando a la larga en padecimientos físicos, disminución de la salud e infelicidad.
El estrés negativo no sólo se presenta cuando “hay muchas cosas que hacer” sino que también se presenta cuando no hacemos algo que creemos que debemos hacer. El primer tipo de estrés nos ayuda a superarnos, el segundo nos limita y perjudica.
¿El Yoga te puede ayudar a liberar el estrés?
La práctica constante de Yoga te ayudará a mejorar la auto observación de tu día a día, al enfocarte en ti y en tus sensaciones, localizando las situaciones estresantes y aprendiendo a diferenciar si se trata de estrés positivo o negativo.
Una vez que ubiques las situaciones que provocan estrés negativo, el Yoga te ayudará a dimensionarlas en su justa magnitud, sin exagerar, con lo que podrás encontrar más fácilmente la manera de resolverlas o, si te das cuenta de que son innecesarias, evitarlas. Además, el yoga es también un ejercicio físico demandante, que da a los que lo practican constantemente una mayor fortaleza liberando endorfinas en el proceso, también conocidas como “hormonas de la felicidad”, lo que tranquiliza la mente.
Otro beneficio de las posturas de Yoga, incluida Savasana, que es la postura del cadáver, es que nos dan ese momento en el que no tenemos ninguna ocupación más que observarnos, lo que mejora nuestro enfoque y sirve para calmar nuestra mente, reduciendo inmediatamente los niveles de estrés. Si estás interesada en conocer más sobre los beneficios de cada postura del Yoga te recomiendo mi nuevo libro digital el cual puedes comprar aquí: “Comenzando tu camino de Yoga“.
Con una mente tranquila, podemos tener pensamientos claros, lo que nos ayuda a cumplir nuestras metas y a desechar esas acciones y actitudes que no nos hacen felices y sólo realizamos por costumbre.
Por si fuera poco todo eso, el Yoga implica meditar. Una rutina de yoga no está completa sin una buena meditación. Esta práctica, por excelencia, nos sirve para enfocarnos en el aquí y ahora, con lo que la actividad se vuelve holística y nos permite enfrentar de una mejor manera las situaciones de estrés, encontrando el equilibrio en tu vida y emociones.
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