¿Cuántas veces te has mirado en el espejo y no te gusta lo que ves?
Esto es demasiado común tristemente, pero lo cierto es que, más que relacionarse con tu estado físico, tiene que ver con la forma en la que te conoces y aceptas a ti mism@. No te voy a decir que el sobrepeso no existe, ni pretendo negar la existencia de los trastornos alimenticios que llevan a un bajo peso, pues ambos son padecimientos que comprometen tu salud y disminuyen tu calidad de vida, pero la verdad es que lo que definitivamente no existe es el cuerpo “perfecto”, según lo entienden los estereotipos que nos vende la mercadotecnia de los medios de comunicación. Así como estás, mírate en el espejo ahora, y podrás ver un ser perfecto.
Yoga nos enseña a vivir en equilibrio y, al estar conectad@ con tu cuerpo, él mismo te va pidiendo cuándo necesitas comer y cuándo no, así como lo que realmente necesitas comer y lo que no.
Como el Yoga mejoró mi autoestima y confianza
Hubo una época en la que yo tuve sobrepeso, pero lo que hacía era intentar ignorarlo y no podía enfrentarme al verdadero motivo de mi sobrepeso que era una carencia emocional. Estaba comenzando mi búsqueda espiritual pero me costaba trabajo reconocerme como un ser perfecto que vino a este mundo a cumplir una misión. Con mi práctica constante de Yoga, un día algo en mí hizo clic y decidí soltar la angustia que sentía por mi sobrepeso, elegí reconciliarme con los alimentos en lugar de verlos como enemigos y, después de unos meses, descubrí que ese sobrepeso había desaparecido.
Ese día haciendo yoga, en la que pude soltar esa angustia y entregarme a mi rutina, pasó algo dentro de mí que me hizo ser muy consciente de lo que comía, y entonces mi práctica dentro del tapete me llevó a una práctica fuera del tapete, en la que, antes de ingerir un alimento, mi corazón me hacía la pregunta
¿de verdad lo necesito?
Me di cuenta de que la mayoría de las veces no lo necesitaba, sino que era más bien un síntoma de ansiedad, así que, cuando estaba en ese punto, soltaba ese “alimento” que no era saludable y hacía mejor algo que me ayudara a mi crecimiento, como leer sobre yoga o meditación. Te comparto mi experiencia, porque pienso que puede serte útil.
Antes de ese clic, fui con una nutrióloga para llevar una dieta balanceada y poder librarme de los kilos de más, pero sinceramente el estar contando calorías y midiendo mis comidas era demasiado desgastante; con esto no quiero decir que los nutriólogos no te pueden ayudar, ya que cada quien tiene un camino propio, pero a mí no me funcionó, sólo me causó más ansiedad hacia la comida.
De esa manera, Yoga elevó mi autoestima y mi confianza en mí misma, primero, porque me di cuenta de que podía lograr lo que me proponía, y a la par comencé a lograr posturas más complicadas, lo que me sirvió para liberar aún más el estrés y la ansiedad, y me llenó de amor y autoconfianza. Eso trajo naturalmente la reducción de mi peso y alcancé el que es el “ideal” para mí, de acuerdo con los parámetros de los expertos en la salud, pero sólo lo logré cuando dejé de preocuparme por eso y me acepté y amé a mí misma verdaderamente.
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